En un abrir y cerrar de ojos tenemos la semana santa a la vuelta de la esquina. La verdad es que me encanta esta época. Cuando era pequeña, estaba deseando que llegara para que me dieran mi huevo de pascua. A pesar de que en las pastelerías había unas preparaciones preciosas de chocolate, mi preferido era/es el huevo de pascua de kinder. Ese sabor único es taaaaaaan rico, que no lo puedo cambiar por otro, que le vamos a hacer..

Como ya sabéis, además de numerosos platos salados, hay una serie de dulces tradicionales para estos días. Yo ya os enseñé algunas versiones de los más clásicos; leche frita de cacao, roscón de yema o torrijas de roscón.

En el post de hoy, os voy a enseñar a preparar una tarta de torrijas. ¿A qué no suena nada mal?. Las torrijas son unos de los dulces por excelencia en semana santa, y la verdad es que son un poco engorrosas de preparar. Porque como solemos hacer cantidades industriales y hay que freírlas, se nos pone la cocina pingando y acaba oliendo toda la casa a frito.

Esta tarta es ideal porque es mucho más saludable, más sencilla y evitamos tener que pasar el trabajo de freír (y luego de limpiar :P). Además, si queréis llevar un postre a algún sitio, quedáis fenomenal apareciendo con esta tartita. Seguro que llamáis la atención de todos.

Os cuento como podéis prepararla.

Ingredientes para 9-10 personas (molde desmontable de 28 cm):

• 1 paquete de rebanadas grandes de pan estilo artesano + 2 rebanadas de otro
• 500 ml de leche semidesnatada
• 250 ml de nata para montar
• 6 huevos medianos
• 200 gr azúcar (podéis usar panela o miel)
• 1 rama de canela
• 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
• Cáscara de un limón
• Mantequilla (para engrasar el molde)

Para el almíbar:

• 100 ml de agua
• 100 ml de azúcar (podéis usar panela o miel)
• Zumo de dos naranjas grandes
• Zumo de un limón mediano

¿Cómo lo hacemos?

Preparamos el almíbar calentando en un cazo todos los ingredientes. En el momento en que empiece a hervir, retiramos y dejamos enfriar.

En otro cazo, ponemos a fuego medio la leche junto con la vainilla, el azúcar y la cáscara de limón. En el momento en que empiece a hervir, bajamos el fuego, retiramos la canela y la cáscara de limón y añadimos los huevos y la nata. Mezclamos unos minutos, y en el momento en que empiece a espesar y tener textura de cremita ligera retiramos. El aspecto es similar a las natillas.

Precalentamos el horno a 175º por arriba y por abajo.

Engrasamos con mantequilla un molde redondo desmontable de 28 cm.

El montaje de la tarta va a ser el siguiente:

1. Colocamos una capa de pan en la base del molde
2. Pincelamos con abundante almíbar (muy importante este paso para que no quede seca).
3. Echamos por encima la crema preparada cubriendo todo bien.
4. Volvemos a poner otra capa de pan y repetimos el proceso hasta acabar con la crema.

Horneamos durante aproximadamente 20 minutos, hasta que veamos que la parte de arriba está doradita. El aspecto es como el de la crema catalana, porque el azúcar se carameliza un poquito y queda crujientito.

Este es el resultado:

¿Qué os parece? ¿A qué tiene buena pinta? La verdad es que queda muy rica y es menos pesada que las torrijas. Yo la preparé para un cumpleaños y gustó mucho a todos.

Así es como queda por dentro. A mi su sabor me recuerda mucho a la tortilla o pudin de pan.

Cualquier duda, estaré encantada de responderos. Espero que os animéis a prepararla para crear una versión novedosa de un dulce típico. Seguro que dejáis a todos con la boca abierta ;).

Un abrazo mis querid@s foodlovers :*

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