Pastel de limón y chocolate

Como os conté alguna vez, cada vez que vuelvo de Galicia, vengo cargada de comida y productos “caseros” (como nosotros decimos). Esta última vez, me traje dos bolsas enormes de limones de la finca. Son estupendos para utilizar en repostería porque tienen una piel muy gordita, un aroma muy fuerte y un sabor delicioso. Como también me traje huevos, y son buenísimos, decidí que era el momento de hacer un buen bizcocho de limón como el que siempre me preparaba mi abuela cuando era pequeña.

Cuando lo empecé a hacer no apostaba mucho por él porque improvisé bastante las cantidades y me daba un poquito de miedo, pero lo cierto es que hubo muuucha suerte (o maña :P). De todas las últimas tartas/bizcochos que hice, junto con la carrot cake, ha sido el mejor con diferencia. Un sabor delicioso e intenso a limón, una textura extremadamente jugosa que se deshacía en la boca, y el toque de chocolate negro combinado con el toque cítrico resultaba ESPECTACULAR.

Si queréis preparar un postre fácil porque tenéis invitados y no queréis comeros la cabeza, animaros a hacerlo porque los ingredientes son súper básicos, seguro que los tenéis en casa, y el resultado es de 10.

Le he llamado pastel de limón y no bizcocho de limón porque entre la cobertura de chocolate, que es súper cremosa, y su interior jugoso, tiene una textura que recuerda más a la de un pastel que a la de un bizcocho.

Ingredientes para un molde de 22 cm:

Para la masa:

250 gr de azúcar
3 huevos medianos
Ralladura y zumo de un limón grande de miel muy gruesa
125 ml de leche desnatada
80 gr de aceite de oliva suave
125 gr de harina de trigo
1 sobre de levadura en polvo (16 gr)
1 pizca de sal

Para la cobertura:

Chocolate para postres (aproximadamente utilicé 185 gr)
Leche evaporada (aproximadamente utilicé 125 ml)
Optativo: 45 gr de mantequilla (yo no la usé porque quería que quedara más fuerte y espesa, pero si queréis una cobertura con una textura más suave y brillante, utilizadla)

¿Cómo lo hacemos?

Precalentamos el horno a 180 grados por arriba y por abajo.

Mezclamos los huevos con el azúcar.

A continuación añadimos el aceite, la leche y la ralladura de limón y mezclamos de nuevo.

Incorporamos la pizca de sal y la harina poco a poco junto con la levadura. Mezclamos hasta tener una crema homogénea.

Añadimos el zumo del limón y damos un par de vueltas hasta que el líquido esté bien integrado.

Enharinamos un molde y vertemos la mezcla. Yo puse en la base un papel vegetal para desmoldar más fácilmente.

Horneamos unos 35 minutos.

Para saber si está listo, meted un palillito y cuando salga más o menos limpio es el momento de sacarlo. Tampoco esperéis que salga totalmente limpio porque si no quedará seco. Cuando lo metáis y salga un poco manchadito pero de una masa espesita, podéis quitarlo.