¿A quién no le gusta la lasaña? Es uno de esos platos con los que sabes que vas a acertar si tienes invitados, porque es raro que no le guste a todo el mundo. A mí personalmente me encanta, lo que ocurre es que hay que reconocer que es un plato que no se puede comer todo los días por su alto índice calórico, entre la bechamel, la pasta, la carne, el tomate.. es un poquito bomba.
La cuestión es que a mí siempre me gusta darle vueltas a las cosas y como quiero salirme un poco de lo tradicional, he hecho una versión diferente.
Hoy os enseño una receta de lasaña de calabacín y ricotta riquísima. Es perfecta para todo el mundo, pero sobre todo para que los pequeños o los no amantes de la verdura se la coman sin rechistar, ya que el calabacín cocinado de esta manera disimula totalmente su sabor. Además, es una versión muchísimo más ligera que la lasaña tradicional de toda la vida al no llevar bechamel ni pasta.
Es un plato laborioso, hay que reconocerlo, pero es tan bueno el resultado final, que merece la pena dedicarle un poquito de tiempo y probarlo.
Ingredientes para 5 personas
- 450 gr de carne picada
- 680 gr calabacín
- 250 gr de ricotta
- 1 cucharadita de aceite de oliva
- 1 cebolla grande
- 4 cucharadas soperas rasas de parmesano
- 3 dientes de ajo, picados
- 800 gr tomate triturado
- 2 cucharadas soperas rasas de albahaca
- Mozzarella o queso para gratinar
- 1 cucharadita de orégano
- 1 cucharadita de tomillo seco
- 1/4 cucharadita de pimienta negra
- Perejil para adobar la carne
- Sal y sal de ajo
¿Cómo lo hacemos?
Antes de nada, adobamos la carne con perejil y sal de ajo y reservamos.
En una olla grande, echamos 2 cucharadas de aceite de oliva y salteamos la cebolla picada (con un poquito de sal) y el ajo picado a fuego medio hasta que la cebolla esté tierna.
Cuando esté la cebolla, añadimos la carne y cocinamos hasta que se dore.
En el momento que veamos que la carne esté lista, añadimos el tomate triturado, el parmesano y todas las especias (albahaca, orégano, tomillo y pimienta negra)
Dejamos cocinar la salsa a fuego medio-bajo unos 30 minutos. Si lo hacemos con olla gm, modo guiso, baja presión, 15 minutos.
Precalentar el horno a 180 º por arriba y por abajo.
Cortamos el calabacín a lo largo en rebanadas muy finitas (del grosos de las placas de pasta para lasaña) y reservamos.
Cogemos una bandeja profunda. Yo he utilizado el típico molde rectangular de cristal de toda la vida y pinceláis un poquito el fondo con la salsa de la carne.
Colocamos una capa de calabacín longitudinalmente cubriendo todo el fondo.
Ponemos una capa de la salsa con la carne y por encima unos trocitos de queso ricotta. Echar bastante mezcla que hay de sobra.
Repetir los pasos anteriores con una segunda capa de calabacín, ricotta, salsa con carne etc.
Cuando terminemos, echamos por encima la mozzarella o queso para gratinar y horneamos por arriba y por abajo a 180 º durante unos 50-60 minutos.
Retiramos del horno, dejamos reposar unos minutos y servimos.
Este plato es perfecto para hacer y comer un par de días ya que está igual de bueno recalentado.
¡Que disfrutéis de esta alternativa más saludable pero igual de rica!