Galletas de mantequilla

Queda un mesecito para navidad y empiezo temporada con recetas para ésta época del año, tan especial y esperada por todos.

Cuando era pequeña, mi abuela siempre tenía en casa las típicas galletas de mantequilla/pastas de té que vienen en una lata azul agrupadas en cápsulas de papel. Las sigue habiendo y están riquísimas. ¿A quién no le gustan?

Aprovechando que en mi casa nos encantan y que son perfectas para la hora del café en las comidas y cenas navideñas, me he decidido a prepararlas en casa. Si tenéis peques, no lo dudéis porque pasarán un rato súper divertido decorando las galletas.

Tengo que reconocer que el proceso es largo, pero el resultado es TAN BUENO que merece la pena. Además, si las guardáis en una latita o en un tarro hermético, os duran 15 días en perfecto estado. No os miento si os digo que son las mejores galletas caseras que he probado hasta el momento. Dejan en toda la casa un olor delicioso, y tienen un sabor taaaaaaaaaaaan rico, que no puedes parar de comerlas :p.

Ingredientes para 36 galletas:

350 gr de harina de trigo
100 gr azúcar glass
200 gr mantequilla sin sal a temperatura ambiente
1 huevo mediano
1 cucharadita de café de pasta de vainilla. No valen los aromas/esencias del supermercado, tiene que ser vainilla en pasta, y si tiene puntitos como en la foto mejor. Esto quiere decir que tiene la propia esencia de la vaina de la vainilla. Podéis comprarla en el corte inglés, carrefour (grande) o tiendas de repostería.

Opcional: Si queréis hacerlas de chocolate, substituid 50 gr de la harina por 50 gr de cacao en polvo de Valor (el de lata)
Para decorar: Glasa de colores, lacasitos, purpurina comestible o sprinkles (para pegar con pegamento comestible)… lo que más os guste.

¿Cómo las hacemos?

Si tenéis amasadora, tan sencillo como mezclar todos los ingredientes dentro de ella hasta tener una masa homogénea. Si no, a mano, mezclamos primero el huevo con el azúcar glass y la vainilla, a continuación la mantequilla a temperatura ambiente, y por último la harina.

Hacemos una bola con la masa, la envolvemos en papel transparente y la metemos en la nevera 8 horas. Podéis dejarla uno o dos días que no pasa nada.

Pasado ese tiempo, la sacamos y dejamos que se temple un poquito para poder trabajarla mejor. Podéis comprobarlo de la siguiente manera: Clavad los dedos en la masa suavemente, y si se quedan marcos, es el momento de utilizarla.

Precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo.

Extendemos la masa con un rodillo y la cortamos de la forma que queramos. Las dejamos encima de una bandeja o plato con cuidado y las metemos en la nevera aproximadamente 30 minutos.

Pasado este tiempo, las ponemos en la bandeja del horno y horneamos durante aproximadamente 15 minutos hasta que veamos que se empieza a dorar por los lados.

Sacamos del horno y dejamos enfriar en la rejilla.

Una vez frías, decoramos con lo que queramos. Yo he utilizado glasa de colores. Dejamos secar 4 horas.

¿Qué os han parecido? ¿Os animaréis a hacerlas? La verdad es que, aunque el proceso es largo, la elaboración es sencilla y quedan buenísimas. Además dan mucho juego para preparar con los peques ydecorarlas después. Triunfaréis allá donde las llevéis, os lo aseguro ;).

Un abrazo queridos foodlovers

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