Como buena gallega, a veces me ataca la morriña y me pongo tonta. Cuando esto ocurre, se me da por transladarme (aunque no físicamente) a Galicia de alguna manera. La última vez, guiada por la acertadísima opinión de mi compañera de trabajo, me fui a comer al Ocafú, un restaurante gallego en Madrid que podéis encontrar en varios sitios (Jorge Juan, Velázquez, Santa Ana, Infanta Mercedes).
La verdad es que no iba con mucha esperanza porque los restaurantes gallegos que he probado en Madrid me han defraudado. Pulpo tan fino que parecía jamón, empanada de masa de hojaldre en vez de la masa tradicional gallega…
Entramos en Ocafú y nos llamó la atención su estilo. A diferencia del resto de gallegos a los que había ido, tiene un aspecto muy elegante y simple.
Como ya nos habían comentado que la tortilla de betanzos no podía faltar en nuestra comida, pedimos una ración de empanada y una tortilla para las dos.
La empanada la pedimos de bonito (6,90€). La masa finita y crujiente. El relleno jugoso y muy rico. La recomiendo.
En cuanto a la tortilla (7,50€)… ¡QUÉ TORTILLA! No exagero si os digo que es de las mejores que probé hasta el momento. La patata estaba cortada de forma muy fina y tenía cierto toque crujiente. El interior estaba poco cuajado y en su punto, y eso que a mi no me gustan poco cuajadas. El sabor es realmente una delicia. Un 10.
La verdad es que estábamos llenas ya, pero a nadie le amarga un dulce y yo soy una golosa, así que probamos la tarta de queso (4,50€). Les dije que no me pusieran mermelada porque me gusta más al natural. Repito lo mismo que con la tortilla. IMPRESIONANTE. La mejor que probé hasta ahora en Madrid. Súper ligera, con una textura tipo mousse y con la galleta crujientita y muy sabrosa.
En resumidas cuentas, un sitio que os recomiendo al 100% por la amabilidad del personal, la tranquilidad del local y la calidad y sabor de sus productos.
Un abrazo mis queridos foodlovers
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